Reflexión y escucha en nuestras comunidades

Santiago, 08 de noviembre de 2019

Estimados hermanos y hermanas 

Vaya para ustedes un cordial saludo en Cristo Jesús, maestro y modelo de nuestra familia mercedaria. Me dirijo a ustedes nuevamente en el complejo contexto que estamos viviendo como país; por estos días hemos estado en permanente comunicación con todos ustedes a través del correo, de una llamada telefónica o un mensaje de WhatsApp, para saber como han estado y cómo está la situación en cada una de nuestras comunidades (parroquiales  y  educativas);  es  así  como  también  en  una  anterior  comunicación entregábamos algunos subsidios que se habían generado al interior de nuestra Iglesia y que podían ser ocupados para generar una reflexión personal y comunitaria. 

Las demandas sociales  planteadas  en  toda  esta  situación  las  apoyamos profundamente. Es claro que como Iglesia y Familia Mercedaria tenemos que entregar lo mejor de nosotros, en favor del diálogo que nos permita construir una sociedad más justa; sin embargo, condenamos enérgicamente todo tipo de violencia. 

Hoy nuevamente presento algunas ideas sacadas de un material que llegó a mis manos y que podría servir para una reflexión personal y comunitaria para poder sobrellevar esta crisis. Están tomadas de un subsidio que lleva como título Crisis – cómo responder al impacto social e individual, elaborado por el Centro de Estudios y promoción del BUEN TRATO www.buentrato.cl 

• Las crisis surgen frente a situaciones que ocurren de forma inesperada, que alteran nuestra vida y sobrepasan nuestra capacidad habitual para enfrentar problemas.
• Generalmente las recordamos como hechos que dividen nuestra vida en un antes y después de.  Por ejemplo:  antes de un accidente, cuando  fue  el terremoto, después de eventos complejos, etc
• En el primer momento de una crisis, vivimos un fuerte impacto emocional que nos inunda: Nos confundimos, nos desorganizamos, no sabemos cómo actuar. (Estas reacciones son normales frente a las crisis) 
• En una situación así, es normal esperable que sintamos: miedo, rabia, Dolor, pena, impotencia, etc.  (todas las emociones son válidas y es bueno compartirlas)
• Por eso necesitamos: compartir con otros, recibir apoyo y consuelo, contar como estoy viviendo toda esta situación.
• Necesitamos darnos tiempo para:  recuperar la seguridad, recuperar  la confianza, recuperar la esperanza. 

A partir de estas ideas démonos un tiempo para compartir en nuestro grupo más cercano las impresiones sobre las ideas que se plantean.  

También quiero poner a disposición un nuevo material para trabajar con los niños y niñas de nuestros colegios o en la catequesis de nuestras parroquias. El material tiene por nombre CONSTRUIR  ESPERANZA  –cuando  enfrentamos  un  conflicto  social-  Un cuaderno para niños y niñas.

Finalmente, como  hombres  y  mujeres  de  fe,  elevemos  humildemente  nuestra plegaria pidiendo el don de la paz por nuestro pueblo, para volver a construir el país que todos queremos. 

Fraternalmente.  

Fray Mario Salas Becerra

Superior Provincial