Mensaje de fray Mario Salas Becerra en el día de fundación de la Orden de la Merced
Provincia Mercedaria
de Chile

Mensaje de fray Mario Salas Becerra en el día de fundación de la Orden de la Merced

Domingo 09 de Agosto, 2020

 


La Orden de la Merced celebra hoy 802 años de su fundación y en este contexto de especial celebración por la pandemia de Covid-19, nuestro superior provincial, fray Mario Salas Becerra, comparte un mensaje a la familia mercedaria.

En sus palabras el padre Mario, nos recuerda que “Hoy más que nunca, tenemos que volver a nutrirnos y confiar en ese Dios que es fuente de misericordia, quien nos llama a ser testigos de ese amor donado para dar vida a otros. Nuestra Familia Mercedaria está invitada y exigida a vivir esa misión: ser testigos y apóstoles de la misericordia de Dios”.

En este tiempo complejo en que nos encontramos, la familia mercedaria esta llamada “a ser generosos y entregar lo mejor de cada uno donde nos toca vivir y servir”, nos invita en su mensaje.

En su mensaje a la familia mercedaria y a las comunidades de Angola y Chile, señala que “la Merced tiene vocación de diálogo y de paz, en medio de los conflictos que afligen en nuestros países, es bueno recordar y subrayarlo”.

Además, el padre Mario ha hecho llegar un mensaje a los formandos de nuestra Provincia, el que puedes leer acá.

A continuación, pueden leer el mensaje que del padre Mario Salas Becerra, superior provincial.

 

Santiago, 10 de agosto de 2020

Estimados hermanos (as)

Familia Mercedaria en Chile y Angola:

Vaya para todo un fraterno saludo en estos días en que volvemos a conmemorar un aniversario más de la fundación de nuestra Orden de la Merced; son 802 años de servicio redentor vividos en el seno de nuestra Iglesia y en los distintos lugares en los que estamos presentes. Celebrar una fecha como ésta, es una enorme oportunidad para volver a renovar nuestros principios y orígenes.

Dios que es rico en misericordia ha suscitado esta comunidad para servir a los hermanos cautivos, así lo menciona el proemio de nuestras Constituciones de 1272: “Así como Dios, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo y dador de alivio en toda tribulación, por su gran misericordia, envió a Jesucristo, su Hijo, a este mundo para visitar a todo el humano linaje que se hallaba como en cárcel, cautivo, en poder del diablo…”, Hoy más que nunca, tenemos que volver a nutrirnos y confiar en ese Dios que es fuente de misericordia, quien nos llama a ser testigos de ese amor donado para dar vida a otros. Nuestra Familia Mercedaria está invitada y exigida a vivir esa misión: ser testigos y apóstoles de la misericordia de Dios. En esta fiesta volvamos a renovar nuestra vocación redentora, desde sus inicios nuestra comunidad mercedaria está orientada a servir desde esa profunda experiencia teológica: Dios nos ha llamado a ser merced de Dios para la humanidad.

Las actuales circunstancias históricas que estamos viviendo, nos han permitido ser ese reflejo de la Misericordia de Dios, la cual día a día tenemos que seguir consolidando en cada una de nuestras comunidades. Aprovecho de agradecer todo el esfuerzo realizado hasta ahora y los enormes desafíos que se avizoran en nuestros países, a causa de la pandemia de coronavirus. Estimados hermanos (as), no es el tiempo para mezquindades y pequeñeces, tenemos que ser generosos y entregar lo mejor de cada uno donde nos toca vivir y servir.

Es necesario también recordar que la Merced tiene vocación de diálogo y de paz, en medio de los conflictos que afligen en nuestros países, es bueno recordar y subrayarlo. Nos preocupa los niveles de intolerancia y violencia de los cuales estamos siendo testigos en Chile, especialmente en la zona de la Araucanía, nos duele y miramos con “una enorme preocupación… los episodios violentos ocurridos en el ultimo tiempo…”, más aún que muchos de ellos se están desarrollando en la ciudad de Victoria y sus alrededores, donde está una de nuestras comunidades. Nos unimos al llamado de nuestros obispos: “… hacemos un llamado a construir una paz auténtica y sólida que sea fruto de la justicia y del diálogo amplio, sin exclusiones, entre lideres indígenas, los actores políticos, sociales económicos y académicos, dejando de lado expresión de intolerancia…” (Prot. 124 /2020 CECH)

Al recordar en este día los fundamentos carismáticos que movieron a San Pedro Nolasco y a sus primeros hermanos, es válido hacernos algunas preguntas que nos permitan seguir avanzando hacia una respuesta más cercana al proyecto original y constitutivo de nuestra familia. Permítanme formularlas: ¿Cómo estoy viviendo estos fundamentos carismáticos?, ¿Somos conscientes de que en última instancia todo lo que realizamos es impulsado por el espíritu redentor de Jesucristo?, ¿Cómo estoy viviendo mi ser mercedario (a)?. Las respuestas a estas preguntas y a otras que podamos formular, nos han de ayudar a seguir creciendo en nuestro servicio redentor.

Aprovechando estas letras, quiero compartir las alegres noticias que hace pocas semanas se han recibido desde nuestra Delegación Mercedaria de Angola; dos hermanos nuestros han dado pasos importantes en su consagración y servicio redentor. En Angola nuestro hermano, Fr. Daniel Hossi Mendonza O. de M. ha sido ordenado presbítero, poniéndose al servicio del pueblo Dios desde ese precioso ministerio sacerdotal; así también en Camerún el Fr. Abraão de Jesús Vinumo O. de M., después de haber terminado sus estudios de teología ha profesado sus votos solemnes y posteriormente recibió su ordenación diaconal. El hermano Abraão, una vez que se levanten las restricciones sanitarias y se abran las fronteras retornará a Angola y se sumará a nuestra delegación.

Finalmente, les cuento que ya podemos confirmar la fecha de la consagración episcopal de nuestro hermano Fr. Ricardo Morales O. de M., la que se realizará el día sábado 12 de septiembre en la ciudad de Copiapó. Producto de las medidas sanitarias será un numero restringido de personas que puedan participar en dicha celebración. Desde ya lo encomendamos a vuestras oraciones para ese día y por el servicio pastoral que prestará en la Iglesia de Atacama.

Hermanos, en este día en que volvemos a recordar el nacimiento de nuestra Orden, elevemos una acción de gracias por estos siglos de existencia y de servicio en nuestra Iglesia. Pidamos a Dios que es rico en misericordia y a María nuestra Madre de la Merced, Madre de los redentores y redimidos, que nos haga buenos testigos y apóstoles de esa Misericordia que nos regaló el Señor.

Con afecto fraterno

Fray Mario Salas Becerra

Superior Provincial

 

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