Saludo de fray Mario Salas Becerra a la comunidad de Victoria en los 90 años de presencia mercedaria en la ciudad
Provincia Mercedaria
de Chile

Saludo de fray Mario Salas Becerra a la comunidad de Victoria en los 90 años de presencia mercedaria en la ciudad

Viernes 28 de Agosto, 2020

 


R.P. Fr. Carlos Ortega Sepúlveda O. de M.

Superior Convento San Ramón Nonato de Victoria

Párroco de Parroquia Nuestra Señora de la Merced Rector de Instituto Victoria

 Presente

Estimado hermano: Ante todo, quisiera enviarte un fraterno saludo, el cual hago extensivo al P. Oscar Camilla y a toda la comunidad educativa y parroquial de nuestra presencia mercedaria en la hermosa ciudad de Victoria.

El motivo de esta misiva radica en poder hacerme parte, a través del saludo y afecto, en esta significativa y festiva conmemoración de los 90 años de la Merced en la ciudad Victoria.

Celebrar una fiesta como ésta, por un lado, nos permite mirar hacia atrás reconociendo el tesoro precioso de la historia y tradición de la entrega, pero también nos posibilita recoger todas las experiencias vividas en ese camino de servicio y acompañamiento redentor. Esa memoria es la que recordamos y celebramos, pero también en ella sustentamos el futuro y proyección del servicio mercedario.

Somos conscientes que este aniversario ha sido esperado y preparado minuciosamente por toda la comunidad, no solo por lo que significa una celebración de nueve décadas, sino también por el profundo valor simbólico que ello tiene para el Colegio Instituto Victoria y para nuestra Parroquia Nuestra Señora de la Merced. Lamentablemente, y producto de esta pandemia los planes han cambiado, sin embargo, el entusiasmo no se apaga, la alegría reina y permanece en el corazón de todo institutano; en ello todos celebramos y somos parte de la fiesta.

Reconocer el motivo del júbilo, obliga también a observar la ruta trazada y en ello dar una mirada a la historia de esta comunidad. Es así como, tomando la publicación Mercedarios en Chile 1566 -1966, he consultado sus páginas y desde allí nutrir estas humildes líneas.

La publicación antes mencionada, que recoge el quehacer de la Provincia Mercedaria de Chile en su historia, y justo cuando cumplía cuatrocientos años de su creación (1966), Fr. Francisco Ibáñez O. de M., que por ese entonces era párroco de nuestra Parroquia nuestra Señora de la Merced de Victoria, en el articulo titulado: “Monografía del Convento Mercedario de Victoria”, nos señalaba:

“A los 49 años de fundada la ciudad, el 1º de mayo de 1930, llegaron a Victoria los primeros mercedarios, con el objeto de instalar un Convento de su Orden. Durante el mes de abril (1930) de ese año el religioso mercedario Fr. Enrique Moreno Labbé se desempeñó como Cura Párroco Suplente, mientras se tramitaba ante la Curia General de la Merced la petición del Excmo. Sr, Obispo de Temuco, Mons. Prudencio Contardo, en el sentido de llevar a la realidad el establecimiento de los padres mercedarios en Victoria. Tocóles actuar en todas las tramitaciones canónicas al Rvdmo. P. General Fr. Juan del C. Garrido, al M. Revdo. P. Provincial Fr. Carlos Infante y al Excmo. Sr. Obispo, ya nombrado…”

Como podemos ver en este primer testimonio histórico, la presencia mercedaria en Victoria nace por la expresa petición del obispo de la Diócesis, cuyo fin era dar un mejor servicio pastoral a través de una parroquia y el valioso aporte en materia educativa, como se señala más adelante:

“… Los primeros religiosos mercedarios que se instalaron en Victoria fueron los RR. PP. José María Sanhueza, José Isidoro Fincheira, Amadeo González y el Hno. Ramón Ángel Jara. El P. Sanhueza tuvo a su cargo, como primer superior y párroco, la organización de la naciente Comunidad. Desde un comienzo se pensó y llevó a la realidad la fundación de un colegio para niños y jóvenes, lo que se materializó el 03 de mayo 1930, al abrir sus puertas el Colegio San Ramón o Instituto Victoria. Funcionó con 70 alumnos en una de las antiguas salas de la Casa Parroquial. Fue el primer Rector del Rvdo. P. José María Sanhueza y primer Ministro del Rvdo. P. Isidoro Fincheira…”

Se observa que el colegio estuvo en el sueño original de nuestra presencia mercedaria en la ciudad. Desde el primer momento se ha querido proyectar el actuar no solo desde la atención sacramental y acompañamiento espiritual, sino también entender la misión desde la formación de jóvenes en el colegio mercedario. Ello ha ido plasmando el rostro del Instituto y siendo expresión viva de un camino de educación de calidad y real inclusión. En este sentido es bueno subrayar una de las características fundamentales de nuestro establecimiento y que ha estado presente desde los primeros años y que se mantiene hasta el día de hoy: en sus aulas crecieron y se forman los hijos (as) de las familias victoriences, sin discriminar raza, color, ni condición socioeconómica. Ello ha de llenarnos de orgullo, no hemos hecho nada de extraordinario, sino como nos dice la Palabra de Dios “hemos hecho lo que debíamos hacer”, encarnar – aún con nuestras limitaciones – el centro y eje de nuestro proyecto educativo: Cristo Redentor y el Evangelio de la libertad.

Las actuales políticas educativas del país que nos exigen dar pasos concretos hacia una mayor inclusión, se ven reflejadas cada día en nuestra comunidad. Consagramos toda nuestra labor a la promoción de la dignidad y la libertad de todo ser humano.

Por eso miramos con enorme preocupación la violencia que se ha generado en la región de la Araucanía, es el momento para volver a reafirmar que la única forma de enfrentar todas estas dificultades es a través del diálogo y la justicia. Hemos de apoyar todos los esfuerzos que realizan los distintos actores buscando una salida pacífica a esta lamentable situación; y con la misma convicción hemos de pedir al Estado capacidad de escucha y proponer soluciones reales a esta crisis. Así mismo, rechazamos la violencia en todas sus manifestaciones y que tanto ha dañado a esa hermosa tierra de la Araucanía y su gente.

Estimado Carlos, al volver a mirar nuestros orígenes a través de los primeros religiosos que formaron la comunidad, tenemos que agradecer también a los cientos de laicos y laicas que en estos 90 años han vivido su fe con tono redentor; las miles de familias que nos han confiado la educación de sus hijos e hijas en nuestro colegio y los miles de hermanos y hermanas que han nacido a la fe en nuestra parroquia.

También es importante volver a recordar a algunos de los religiosos mercedarios que han pasado en estos 90 años y que hasta el día de hoy están en el recuerdo de la comunidad parroquial y educativa. Nombres como: Fr. José María Sanhueza, Fr. Francisco Ibáñez, Fr. Laureano Muñoz, Fr. Carlos Saavedra, Fr. Bernardo Avello … y tantos otros que han dado su vida en el servicio apostólico de la Araucanía.

Finalmente, y en la huella de lo expresado antes, cómo no ha de ser significativo, estimado hermano Carlos, que en esta celebración de los 90 años un ex - alumno y un hijo de esa tierra sea Superior y Rector. Dios sabe conducir su proyecto y en él nos sobreabunda en gracia y amor.

Al concluir estas letras querido hermano, encomendamos a María nuestra Madre de la Merced y a San Ramón Nonato, patrono de la comunidad la vida y futuro de nuestra presencia en tierra victorienses. Que bendigan todos los esfuerzos realizados en estos 90 años de servicio pastoral y carismático y fortalezcan el camino de otros tantos que han de venir. Vaya para todos un afectuoso saludo.

 

¡Felices 90 años… !

Fray Mario Salas Becerra O. de M.

Superior Provincial

 

 



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