Un provechoso y valorado Conversatorio mercedario virtual se realizó este sábado respecto a la prevención de abusos y la generación de ambientes sanos, encuentro iluminado por la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco.
El encuentro reunió a laicos y religiosos de comunidades educativas y parroquiales, quienes en una metodología de intercambio de opiniones, a partir de la planificación que presentaron los exponentes el psicólogo Pablo Ávila Lambert y fray Alfredo Guzmán Maya, integrantes del equipo provincial de prevención de abusos y generación de ambientes sanos, se pudo intercambiar el sentir antes los hechos sucedidos en nuestra Iglesia y cómo generar ambientes sanos.
El encuentro virtual se inició con la exposición de la situación de abusos cometidos en nuestra Iglesia, se explayaron en la dinámica que permiten los abusos y posteriormente se generó un intercambio de opinión respecto al sentir de los participantes antes estos hechos. Dolor, tristeza, desilusión, endiosamiento de los sacerdotes, fueron algunos de las palabras que se repitieron por parte de los participantes, evidenciando el sentir antes los dolorosos sucesos que han remecido a nuestra Iglesia y al país.
Posteriormente profundizamos en la Encíclica Fratelli Tutti para iluminar nuestro accionar en las comunidades. Los expositores centraron su mirada en el capítulo VI “Diálogo y Amistad Social”, a partir de ahí se abrió un nuevo momento para escucharnos y enfatizar los caminos que se deben ir generando para tener ambientes sanos en nuestras comunidades.
A partir de los numerales 198, 199 y 203, los expositores propiciaron la conversación, entendiendo el dialogo como esencial para generar ambientes sanos y preventivos. Desde este texto se dio un fructífero intercambio de ideas y opiniones por las preguntas planteadas ¿Qué es dialogar? ¿Sabemos dialogar? ¿Somos conscientes de que el dialogo se aprende? En nuestra Iglesia muchas veces no se dialoga, hay mucho monologo, imposición de ideas, ansias por ganar el debate, señalaron los participantes. Hemos aprendido que para dialogar se necesita un cambio, desde la perspectiva de la crisis de los abusos, un cambio hacia adentro de la Iglesia y de las comunidades, puntualizaron.
Retroalimentación
Laicas, laicos y religiosos se explayaron en las realidades y las esperanzas para que en nuestras comunidades se siga propiciando un dialogo fructífero que genere ambientes sanos. Ello a partir de la pregunta ¿Cómo construimos una cultura de dialogo en nuestras comunidades?
Se resaltó, de diferentes maneras, que en nuestras comunidades se debe generar una cultura de Fraternidad y dialogo donde no haya miedo a hablar, donde sepamos que no seremos descalificados por pensar distinto.
El dialogo es un desafío, se señaló, para enfrentar las nuevas realidades que como iglesia tenemos, fundamentalmente desde el punto de vista del abuso, ya que la raíz de todo esto es el poder. Se debe construir una nueva forma de comunidad mas dialogante, más participativa donde el pastor es uno más. Se planteó, además, que es necesario la construcción de un dialogo con capacidad de mirarnos a la cara desde lo que somos. Este avanzar en el dialogo nos plantea otro desafío, ya que la gente no dialoga, da catedra, cuesta escucharnos entre nosotros, reflexionaron los participantes.
En nuestras comunidades hay que intentar generar un espacio de paz y escucha para tener un dialogo. Tener la disposición a escuchar y a ser escuchado. Un dialogo hacia la comprensión, que sea para crecer y aportar.
Dada nuestra presencia en el ámbito educacional, se dialogó cómo somos capaces de educar en el dialogo a la Iglesia que viene en camino que son nuestros estudiantes. Que expectativas de dialogo tenemos para ellos o qué nivel de primacía tiene el dialogo en las comunidades, dejando abierto el desafío que se nos plantea.
Para finalizar, el padre Mario Salas, superior provincial, agradeció a los participantes por la disposición a abordar estos temas en la búsqueda de enriquecer y generar espacios sanos en nuestras comunidades. El padre Mario enumeró algunos conceptos que surgieron durante el conversatorio y que son un insumo importante para seguir trabajando en la prevención y en la generación de ambientes sanos en nuestras comunidades: dialogo, transparencia, respeto mutuo, poder entendido como servicio y fraternidad.
