Prot. MG 65/2021
Con Cristo Redentor, María de la Merced y san Pedro Nolasco en fraternidad y servicio.
FELIZ DÍA DE LA FUNDACIÓN DE LA ORDEN 803 AÑOS AL SERVICIO REDENTOR.
PP. Provinciales y Religiosos de la Orden de la Merced, Familia mercedaria:
Hoy, diez de agosto, la Iglesia celebra la Fiesta de san Lorenzo, mártir; motivo por el cual, desde tempranas horas, junto a mis hermanos del gobierno general hemos celebrado la eucaristía de la “Fundación de la Orden”, pidiendo por la salud e intenciones de todos ustedes que animados por el espíritu de Cristo Redentor y de Nuestra Madre de la Merced continúan consagrándose y sirviendo para la gloria de Dios entre el pueblo que clama gracia, misericordia y redención.
Como mercedarios de corazón, recordamos en esta magna fecha todo el acontecer que propició nuestro Padre fundador san Pedro Nolasco al fundar esta obra religioso-carismática en favor de los cristianos cautivos en peligro de perder su fe; lo cual, ha caracterizado el cuarto voto de redención que nos invita a “dar la vida, si fuese necesario” por amor a quienes se encuentran en peligros y ansiedades, sobretodo en este tiempo golpeado por la pandemia mundial, cuyo virus también afectó a varios hermanos que han superado dicha enfermedad; sin embargo, tenemos que hacer un alto en nuestra reflexión para orar en silencio por quienes han fallecido a causa del Covid 19 que llenaron de luto nuestra institución.
Como vemos, los religiosos no estamos exentos de sufrir dolencias, pero llevamos las cruces con disponibilidad y entereza a ejemplo de Jesús hacia el Gólgota, hecho por el cual, nos permite encarnar los dolores y las fatigas propias y de nuestros semejantes en estos tiempos nuevos. Así lo asumió Nolasco en el siglo XIII y de la misma manera lo asimilamos nosotros entre las nuevas formas de cautividad. Por ello, agradezco a todos ustedes por su sensibilidad y solidaridad para ayudar a quienes realmente necesitan de un gesto y una palabra mercedaria en clave de libertad.
En este día, me uno en oración por todos los frailes que son ejemplo de vida consagrada entre sus años de ancianidad, madurez y juventud mental, corporal y espiritual. De la misma manera, elevo mi oración por todos los misioneros, párrocos, capellanes, educadores y religiosos que en la diversidad de servicios son verdaderos testimonios y ejemplos de la misión redentora de la Orden. También me uno a la oración de todos los jóvenes que se encuentran en discernimiento vocacional y de aquellos que están en las casas de formación, a quienes los animo a ser buenos hijos de María y Nolasco, fortalecidos en la oración, trabajo, estudio y vida común, cuyos pilares serán necesarios en el fortalecimiento de nuestra vida personal y comunitaria.
Bien sabemos, que nuestra vida consagrada se fortalece en el diálogo con Dios y los hermanos, experimentando las alegrías y tristezas y viviendo entre esfuerzos y gestos de evangelización que hacen posible las múltiples acciones al servicio de la misión. Por todo ello, tenemos que reconocer que Dios nos ama y da fuerzas para seguir adelante; por eso, agradezco a Dios por quienes están celebrando sus Bodas de Oro y Plata religiosa y sacerdotales durante el presente año. Gracias por su entrega generosa, fidelidad y perseverancia, pero sobretodo, gracias por el Sí que manifestaron desde hace muchos años en nuestra Orden.
En este día de fiesta, pidamos al Señor de la historia que siga acompañándonos en el arduo caminar de la evangelización. Como guías y pastores de nuestros prójimos y semejantes estemos preparados para ir al encuentro de los demás, en clave de visita, martirio y redención siendo portadores de amor fraterno y solidaridad reconciliada que tanto necesitan nuestros hermanos y hermanas carentes de fe, esperanza y caridad.
Les auguro una bonita fiesta eucarística y una gran alegría al compartir la fraternidad mercedaria en este día que recordamos que un 10 de agosto de 1218, en la Catedral de Barcelona, san Pedro Nolasco fundó la Orden de la Merced para la mayor gloria de Dios.
Unidos a la insigne presencia de Nuestra Madre María de la Merced, redentora de los cautivos y Madre de todo mercedario, me despido con el poema titulado: “Hace 803 Años”, que el P. Fr. Alejandro Fernández Barrajón nos ha escrito en este día:
Es la Merced centenaria,
en el mundo redentora,
vocación liberadora,
a la esclavitud contraria.
Los hombres viven ausentes
del Dios que les dio la vida,
esclavitud dura herida
que amenazaba a nuestra gente.
“Libres para liberar”
es el lema convenido
para llegar al cautivo
y ofrecerle Libertad.
¡Oh Merced liberadora
en las tierras oprimidas,
no dejes en esta hora
de redimir sus heridas!
Llamados a ser testigos
del amor a los humanos,
tenderás firme tu mano
para librar al cautivo.
Contemplaremos la historia,
de tanto amor solidario,
que se hace mercedario
para llegar a la gloria.
Homenaje agradecido
a todos los que pasaron,
y en su entrega se dejaron
la vida por sus amigos.
Hoy celebramos con gozo
la vocación mercedaria,
ocho veces centenaria,
en sus manos y en sus ojos.
Gracias, Señor por la aurora,
por los hombres entregados,
gracias por nuestra Señora,
que Tú nos has regalado.
¡Muchas bendiciones para todos!
Roma, 10 de agosto de 2021, a los 803 Años de la fundación de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced.
P. Fr. Juan Carlos Saavedra Lucho, O. de M.
Maestro General
