Mensaje final Asamblea Eclesial: La Sinodalidad pertenece a la esencia de la Iglesia, no es una moda pasajera
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de Chile

Mensaje final Asamblea Eclesial: La Sinodalidad pertenece a la esencia de la Iglesia, no es una moda pasajera

Domingo 28 de Noviembre, 2021

 
El deseo de reavivar el espíritu de Aparecida y en el horizonte del Jubileo Guadalupano en 2031 y el Jubileo de la Redención en el 2033, la Asamblea Eclesial de América Latina ha emitido un mensaje donde se recoge lo vivido desde el 21 de noviembre en un evento inédito e histórico.

Convocados por Jesucristo
Leído por Mons. Miguel Cabrejos, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), comienza confesando que es “Jesucristo Resucitado quien nos ha convocado una vez más” para así “comunicar por desborde de alegría el gozo del encuentro con Él, para que todo tengamos en Él vida plena”, como nos dice Aparecida.

Sintiendo la compañía de Jesús en “la tarea emprendida de repensar y relanzar la misión evangelizadora”, el mensaje reconoce la necesidad de “un camino de conversión decididamente misionera”, que tiene como presupuesto la necesidad “de mayor responsabilidad pastoral”.

Una verdadera experiencia de sinodalidad
La Asamblea ha sido vivida, recoge el escrito, como “una verdadera experiencia de sinodalidad, en la escucha mutua y en el discernimiento comunitario de lo que el Espíritu quiere decir a su Iglesia”. Desde la “poliédrica diversidad”, los participantes de la Asamblea se han “vuelto hacia las realidades que vive el continente, en sus dolores y esperanzas”.

El texto constata y denuncia dolores “de los más pobres y vulnerables que sufren el flagelo de la miseria y las injusticias”; también “el grito de la destrucción de la casa común” y la “’cultura del descarte’ que afecta sobre todo a las mujeres, los migrantes y refugiados, los ancianos, los pueblos originarios y afrodescendientes”. A la Asamblea le duele “el impacto y las consecuencias de la pandemia que incrementa más las desigualdades sociales, comprometiendo incluso la seguridad alimentaria de gran parte de nuestra población”.

Pecados y esperanzas
También duelen los pecados intraeclesiales, como “el clericalismo y el autoritarismo en las relaciones, que lleva a la exclusión de los laicos, de manera especial a las mujeres en las instancias de discernimiento y toma de decisiones sobre la misión de la Iglesia, constituyendo un gran obstáculo para la sinodalidad”. Junto con ello, se muestra la preocupación ante “la falta de profetismo y la solidaridad efectiva con los más pobres y vulnerables”.

Pero también hay esperanzas, nacidas de “la presencia de los signos del Reino de Dios, que llevan por caminos nuevos a la escucha y al discernimiento”. El mensaje muestra el camino sinodal como “un significativo espacio de encuentro y apertura para la transformación de estructuras eclesiales y sociales que permitan renovar el impulso misionero y la cercanía con los más pobres y excluidos”. También es motivo de esperanza la Vida Religiosa, “mujeres y hombres que viviendo contracorriente dan testimonio de la buena nueva del Evangelio”, y la piedad popular.

Tiempo de kairós
Vivida como “un Kairós, un tiempo propicio para la escucha y el discernimiento” que conecta con el Magisterio e “impulsa a abrir nuevos caminos misioneros hacia las periferias geográficas y existenciales y lugares propios de una Iglesia en salida”.

Desde ahí se pregunta por los desafíos y orientaciones pastorales a ser asumidos, diciendo que “la voz del Espíritu ha resonado en medio del diálogo y el discernimiento”, llamando a una mayor encarnación, acompañamiento y promoción de los jóvenes, atención a las víctimas de los abusos, participación activa de las mujeres en los ministerios y en los espacios de discernimiento y decisión eclesial.

Formar en sinodalidad
También la promoción de la vida en su totalidad, formar en sinodalidad para erradicar el clericalismo, participación laical en espacios de transformación, escuchar y acompañar el clamor de los pobres, excluidos y descartados. Se ha señalado la necesidad de nuevos programas de formación en los seminarios, de dar valor a los pueblos originarios, de la inculturación e interculturalidad, abordar temas sociales y formar en sinodalidad.

En la larga lista de elementos a tener en cuenta, no es fácil resumir las aportaciones de tanta gente, se recordó la importancia de la experiencia de Pueblo de Dios, de vivir los sueños de Querida Amazonía, de acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, tierra y sus culturas.

La sinodalidad es el camino, algo que pertenece a la esencia de la Iglesia, por lo que se insiste en que “no es una moda pasajera o un lema vacío”. Es algo que ha hecho aprender a caminar juntos, involucrando a todos. Ahora se trata de llevarlo a las comunidades, a las bases, por lo que se muestra el compromiso a seguir el camino, aprendiendo y creando, en un itinerario pastoral que busca la conversión misionera y sinodal. Podemos decir que la ruta está marcada, ahora queda la valentía para enfrentarla, sin olvidar algo que es innegociable: tiene que ser juntos.

- Leer el texto completo del mensaje final (pdf)

12 desafíos pastorales

Se ha anunciado que a partir de febrero de 2022 se realizarán Asambleas Eclesiales por países –conectadas con el proceso sinodal que ha iniciado en octubre de este año– y además el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) celebrará en mayo una Asamblea extraordinaria de obispos para incorporar a su renovación estos desafíos.

1. Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la sociedad como agentes de transformación.

2. Acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales con procesos de reconocimiento y reparación.

3. Impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de discernimiento y decisión eclesial.

4. Promover y defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la muerte natural.

5. Incrementar la formación en la sinodalidad para erradicar el clericalismo.

6. Promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, político, social y eclesial.

7. Escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados.

8. Reformar los itinerarios formativos de los seminarios incluyendo temáticas como ecología integral, pueblos originarios, inculturación e interculturalidad y pensamiento social de la Iglesia.

9. Renovar, a la luz de la Palabra de Dios y el Vaticano II, nuestro concepto y experiencia de Iglesia Pueblo de Dios, en comunión con la riqueza de su ministerialidad, que evite el clericalismo y favorezca la conversión pastoral.

10. Reafirmar y dar prioridad a una ecología integral en nuestras comunidades, a partir de los cuatro sueños de Querida Amazonía.

11. Propiciar el encuentro personal con Jesucristo encarnado en la realidad del continente.

12. Acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, la tierra y las culturas.


- Lea y descargue en PDF el documento con los desafíos

Fuente: Prensa CELAM



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