El P. Armando Mazoa, fraile mercedario de la Delegación de Angola, parte de la Provincia Mercedaria de Chile, nos comparte en esta entrevista, algunas de sus reflexiones sobre su ministerio en Angola y sobre la Orden de la Merced en nuestra provincia.
1. Padre, en su caso particular, ¿cómo lleva a cabo la misión en la tierra de Angola?
Soy angoleño, religioso mercedario y sacerdote trabajando en la misión de Angola, donde me toca vivir el evangelio y buscar cada día seguir a Cristo, poniendo en práctica sus palabras: “el Hijo de Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir” (Mt 20, 28). Nuestra vocación como cristianos y particularmente como mercedarios consiste en ser servidores de los hermanos y estar disponibles para donarse por ellos (los cautivos), así como Cristo entregó su vida para rescatar a la humanidad.
2. ¿Cómo describiría estos años que ha prestado servicio pastoral en la misión?
Me ha tocado trabajar en la misión de Quiculungo en estos 18 años, una misión muy exigente y que nos pone muchos desafíos, lo cual requiere mucha salud humana y mucha motivación. He estado vinculado directamente en nuestra pastoral educativa como profesor y director de la escuela de Quiculungo, así como en la misión de acompañamiento de nuestra pastoral rural en distintas comunidades.
Son años de muchas experiencias, trabajo, alegría y crecimiento humano y espiritual. Quiculungo es una tierra de misión que ofrece desafíos muy específicos para un religioso y sacerdote mercedario. Es una misión que le ayuda a uno mismo a vivir la vida sacerdotal como donación.
3. En 2018 celebramos el bicentenario de la fundación de la Merced. 200 años después, ¿sigue siendo relevante hoy San Pedro Nolasco, o podemos vivir el carisma mercedario sin necesidad de hacer referencia a él?
La figura de San Pedro Nolasco fue, es y seguirá siendo relevante en la historia de la cristianismo y de la humanidad. Fue un hombre audaz y de corazón sensible, cristiano de grande fe, esperanza y caridad, y un renovador de la Iglesia. Su testimonio de vida sigue siendo muy actual en el mundo de hoy cuyas cautividades siguen más visibles que en el siglo XIII.
4. Desde su punto de vista ¿Qué puede ser hoy la redención al modo del Padre Fundador? ¿Qué significa para el ser “Redentores”?
Hoy para ser redentores hay que seguir las huellas de nuestro fundador, esto es, vivir auténticamente el evangelio. Quien vive el evangelio se transforma en una persona diferente y, por consiguiente, se compromete e influye sobre su entorno y su sociedad. Quien vive el evangelio es una persona libre, fraterna, cariñosa, solidaria, tolerante, misericordiosa y, obviamente, lucha para que estos valores lleguen a los demás.
5. ¿Hay esperanza para la obra mercedaria en Angola?
Son 30 años de presencia en Angola, es un hecho de que la Orden vino para quedarse en Angola y es urgente reconocer que muchos son los desafíos a enfrentar.
6. ¿Qué desafíos cree que se presentan hoy para la provincia mercedaria de Chile, así como para la Delegación en Angola?
Es importante tomar conciencia sobre los grandes temas de la vida consagrada en el mundo de hoy: la pastoral vocacional, la fidelidad y credibilidad, la fraternidad en comunidad, los nuevos horizontes de la misión redentora, la recuperación de la confianza ante el pueblo de Dios, la urgencia de ir a las periferias.
7. ¿Tiene ud. algún sueño para la Familia Mercedaria que peregrina en la Provincia chilena?
Que haya un reencantarse con nuestra consagración mercedaria y con el carisma de nuestra Orden.
