El hogar San Pedro Armengol, que había cerrado sus puertas en mayo de 2023, experimentará una transformación notable y conmovedora. Desde el 31 de enero de 2024, bajo un convenio estratégico, la Fundación Educere asume la gestión de este espacio, reconfigurándolo como un refugio destinado a personas en situación de calle. Este cambio no solo representa una nueva etapa para el edificio, sino también una prometedora oportunidad para quienes enfrentan la realidad cruda de la falta de vivienda.
La duración inicial del convenio es de un año, con perspectivas alentadoras de renovación, subrayando el compromiso sostenido de la Fundación Educere con la misión de ofrecer apoyo integral a quienes más lo necesitan. El refugio no solo proporcionará un techo seguro, sino que también se centrará en programas integrales de reinserción social. La iniciativa busca empoderar a quienes lo habiten, ofreciendo recursos y acompañamiento para reconstruir vidas fragmentadas por la adversidad.
Carmen Gloria Soto, Directora de Desarrollo Institucional de la Fundación Educere, compartió con nosotros que la residencia se ocupará del área calle, con la finalidad de brindar un acompañamiento psicosocial para personas en situación calle, con residencia de al menos 60 personas de la Región Metropolitana. Además, comentó con nosotros que será sede de otros proyectos psicosociales ambulatorios propios de la institución, como la atención psicosocial de PSC que habitan sectores aledaños a la ruta 78.
La comunidad se une en este proyecto, reconociendo la importancia de la colaboración para abordar la creciente problemática de las personas que padecen esta situación. Este antiguo hogar para menores se convierte en un faro de solidaridad, ofreciendo alternativas para un futuro más prometedor y digno, ya que la transformación, a cargo en delante de la Fundación Educere, no se limita a las estructuras físicas, sino que se extiende a la transformación de vidas, enfocándose en la dignidad y el respeto hacia aquellos que han enfrentado circunstancias difíciles.
Por su parte, María Isabel Baez, Directora Regional de Educere, quien vela por todas las obras de la fundación en la Región Metropolitana, afirmó que con esta residencia “esperamos abordar un problema que ya existe, pero para el que no siempre hay la suficiente capacidad de respuesta. Por ello, queremos dar condiciones más dignas y más espaciosas para el desarrollo de las personas en situación calle. La calle no es un lugar para vivir, no es digno, por más que quienes vivan en esta situación afirmen que sí. La evasión y el consumo son parte de las estrategias para salvarse, una forma de cuidado desapropiado. Creemos que este espacio da muchas posibilidades para generar otras propuestas de desarrollo, como talleres socio laborales, lugares de esparcimiento, la posibilidad de una identidad en un espacio con mucha mayor dignidad y crecimiento. Queremos ampliar la propuesta, pues además de la hospedería y el trabajo que queremos hacer en ruta, podemos gestionar otros insumos y apoyos de actores públicos, privados y de Iglesia, para generar espacios ambulatorios para personas en situación calle y ver otros temas en la línea de la capacitación socio laboral”.
Estas palabras reflejan que la residencia, más que un simple techo, se erige como un espacio de oportunidad y esperanza. A través de programas educativos, apoyo psicosocial y talleres de reinserción, Educere se compromete a ser un agente de cambio positivo en la vida de quienes buscan reconstruir sus destinos. Este renacido espacio no solo representa un lugar físico de refugio, sino un símbolo de la capacidad de la comunidad para transformar desafíos en oportunidades, construyendo juntos un tejido social más fuerte y compasivo.
El P. Carlos Ortega, Ecónomo de la Provincia Mercedaria de Chile, presente en la entrega del día 31 de enero, aseguró que ésta fue fruto de un proceso en que, gracias a un obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago, se vio la posibilidad de facilitar el espacio para la Fundación, con lo que, luego de una serie de conversaciones entre el P. Mario Salas, Superior Provincial de la Orden de la Merced en Chile, y Carmen Gloria, la directora regional de Educere, se concretó el acuerdo.
Además, el Ecónomo de la Orden de la Merced en Chile añadió, refiriéndose a su visión sobre este convenio:
“La realidad de la ex residencia del Salto es similiar a la residencia de Victoria. Ambas hacen vida obras de caridad para con personas en estado de vulnerabilidad social. En el caso de Victoria, los Padres Terciarios Capuchinos (Amigonianos) acompañan a niños de la zona derivados de tribunales, con la fundación “Entre Ríos”. Al ver la realidad de Victoria, y ahora de Santiago, con la fundación, puedo reconocer que ambas residencias siguen cumpliendo un fin redentor, prestando un servicio de acogida y humanización de personas que padecen, en su vulnerabilidad, distintas situaciones de cautividad. Sin duda son obras de Dios”.
Como Familia Mercedaria que peregrina en la Provincia chilena, encomendamos la misión de la Fundación en la humanización y dignificación de nuestros hermanos y hermanas en situación de calle, a Nuestra Madre de la Merced, liberadora de los cautivos, y a San Pedro Nolasco. Que nuestra espiritualidad mercedaria nos impulse a buscar las nuevas cautividades que oprimen a los hijos e hijas de Dios, para brindarles una nueva esperanza y responder a su necesidad.
“Lo que hicieron con estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25)
