San Pedro Nolasco se compadeció del sufrimiento de los cautivos y convocó a algunos de sus compañeros a que se despojaran de sus propios bienes y dieran todo por la redención y la libertad.
Él nos convoca a amar al hermano con misericordia; amar al cautivo no para lamentar su desgracia, sino para ayudarlo a superar lo que lo aflige, porque San Pedro Nolasco fue un hombre que siguió los pasos de Cristo Redentor, pero con un amor hecho acción.
La eucaristíad e celerbación fue presidida por fray Edgardo Arriagada y concelebrada por fray José Luis Jorquera. posteriormente se vivió un compartir fraterno