A lo largo de la provincia, nuestra familia mercedaria se unió en distintas formas de expresión de fe. En varias de nuestras comunidades se realizaron actos en honor a Nuestra Madre, como procesiones, eucaristías, momentos de canto y diferentes expresiones de la fe y el cariño por nuestra Madre.
En la Basílica de la Merced, en Santiago, la celebración eucarística reunió a una multitud de fieles que acudieron a agradecer el don de Nuestra Madre, tanto para la Orden de la Merced como para el Pueblo de Dios. La misa fue presidida por Mons. Alberto Lorenzelli, obispo auxiliar de Santiago, siendo concelebrante el p. Mario Salas, superior provincial de la Orden de la Merced en Chile, quien celebró esta solemnidad por última vez en dicha función, pues próximamente asumirá su nueva misión como obispo auxiliar de la Diócesis de Valparaíso.
Durante la homilía, el padre Alberto destacó que “porque somos marianos, tenemos que buscar y luchar por nuestra propia libertad. Al mismo tiempo tenemos la misión, por ser hijos de María, de ser instrumentos de liberación para los demás”. Concelebraron junto a él, además del p. Mario Salas, los superiores provinciales de los franciscanos y los agustinos en Chile, p. Carlos Paz e Ignacio Busta, respectivamente, así como el secretario de la nunciatura apostólica en Chile, Mons. Giuseppe Silvestrini, y otros frailes de la Orden de la Merced, gtanto de Chile como de Angola.
La comunidad, unida en oración, agradeció profundamente la labor pastoral del padre Mario Salas a lo largo de su tiempo como provincial, quien compartió sentidas palabras hacia al final de la eucaristía, pidiendo oración por él y encomendando, por medio del canto solemne de la Salve, su nueva misión al amparo de Nuestra Madre de la Merced.
“María de la Merced es el camino más seguro para llegar a Cristo” (Mons. Alberto Lorenzelli).
Fuente: Secretaría Pastoral Provincia Mercedaria de Chile.