La comunidad de la Orden de la Merced en Angola se llenó de júbilo el pasado domingo al celebrar la ordenación sacerdotal del Padre Jacinto Tchaly, O. de M. La ceremonia, presidida por el Obispo Auxiliar de Luanda, Monseñor Fernando Francisco, contó con la presencia del Padre Mario Salas, Superior Provincial de la Orden de la Merced en Chile, y Monseñor Alberto Lorenzelli, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago y Obispo asistente de la Orden de la Merced en Chile.
Un Llamado al Servicio y a la Entrega
La ordenación del Padre Jacinto Tchaly representa una noticia alentadora no solo para la comunidad mercedaria y la provincia de Chile, sino para toda la Iglesia, ya que es una señal de esperanza y un recordatorio de que el Redentor sigue llamando a hombres y mujeres a su servicio. La ceremonia reflejó el profundo compromiso del nuevo sacerdote, quien ha respondido con generosidad y dedicación a la vocación a que Dios lo ha llamado.
Signo de Vocaciones Vivas
En tiempos en que las vocaciones a la vida sacerdotal ministerial y a la vida religiosa enfrentan desafíos, la ordenación del Padre Jacinto destaca como un signo de que la fe y el llamado a servir a la Iglesia están más vivos que nunca. Si bien las vocaciones pueden parecer escasas, esta ordenación es una prueba tangible de que el Señor continúa moviendo corazones. La ceremonia no solo celebró la ordenación en sí, sino también la vitalidad y el futuro prometedor de la comunidad mercedaria.
El Sacerdote: Modelo de Jesús, Buen Pastor y Siervo
Durante la ceremonia, se destacó que el nuevo sacerdote será un instrumento de los sacramentos al servicio del pueblo fiel. El Padre Jacinto, ahora ordenado, sigue el modelo de Jesús, el Buen Pastor, y se convierte en un siervo y esposo espiritual de la Iglesia. La ordenación sacerdotal exige una entrega total y una vida de servicio desinteresado, en el caso particular de los mercedarios, a los cautivos oprimidos en la actualidad por toda situación deshumanizante que ponga en riesgo la fe, la dignidad y la libertad de los hijos e hijas de Dios.
El Padre Jacinto Tchaly, O. de M., inicia su ministerio con la firme convicción de servir a Dios y a su pueblo con amor y dedicación. Su ordenación es un signo de la gracia y la presencia continua del Señor en su Iglesia.
Una Celebración de Unidad y Esperanza
La Eucaristía, celebrada como parte integral de la ordenación, simbolizó el amor y la unidad de la comunidad eclesial y de nuestra Familia Mercedaria. En un ambiente de oración y alegría, la ordenación del Padre Jacinto se convirtió en un momento de profunda espiritualidad y esperanza renovada para todos los presentes.
En un mundo que necesita cada vez más testigos de la fe y el amor de Cristo, la ordenación del Padre Jacinto Tchaly es una luz brillante que nos recuerda que el llamado de Dios sigue resonando y encontrando respuestas fervorosas en los corazones de muchos.
No dejemos de encomendar al nuevo sacerdote en nuestra oración, y de suplicar a a nuestra Madre Santísima de la Merced y a nuestro Padre Fundador, San Pedro Nolasco, que rueguen para que el Señor envíe más operarios a su mies.
Fuente: Secretaría Pastoral Mercedaria.
