En entrevista, el padre Mario nos ofrece una visión reflexiva de su última visita a la Delegación Mercedaria de Angola, realizada del 20 al 31 de mayo. Este viaje, marcado por actividades clave como la ordenación del hermano Jacinto Tchaly y la Asamblea de la Delegación, refleja el compromiso constante de la comunidad mercedaria en la región. Acompañado por Monseñor Alberto Lorenzelli, Obispo Auxiliar de Santiago, el Padre Mario destaca los avances en proyectos cruciales y la importancia de la colaboración entre los religiosos. En esta entrevista, nos habla sobre las experiencias vividas, los sueños apostólicos y la esperanza que impulsa la misión.
Padre Mario, ¿podría darnos una visión general del propósito y los objetivos de su reciente visita a la Delegación Mercedaria de Angola?
La visita a la delegación se enmarca en la programación anual de la provincia. En estos últimos años hemos hecho un caminar con la Delegación sobre algunos puntos que hemos detectado y nos desafían. Por ejemplo: La formación inicial y permanente, la sustentación y las proyecciones de nuestra presencia mercedaria para los próximos años.
Durante su estancia del 20 al 31 de mayo, ¿cuáles fueron las principales actividades y eventos en los que participó?
Esta visita fue distinta. Me acompañó Mons. Alberto Lorenzelli, SDB, quien es obispo asistente de nuestra provincia.
El primer objetivo era que Mons. Alberto conociera nuestra Delegación con nuestras presencias y nuestros apostolados. Por ello visitamos las comunidades de Luanda ( Benfica y Ramiro ) y la misión de Quiculungo, y participamos de la Ordenación sacerdotal del P. Jacinto Tchaly.
¿Qué puede contarnos sobre la ordenación sacerdotal del hermano Jacinto Tchaly? ¿Cómo fue esta experiencia para usted y para la comunidad local?
En Angola, una ordenación Sacerdotal es una verdadera fiesta. Así se vivió la Ordenación de Jacinto. Se realizó en nuestra parroquia San Juan Bautista de Kazanga en Benfica.
Cada vez que voy a Angola me sorprende cómo el pueblo vive su fe, es realmente edificante.
La Asamblea de la Delegación de Angola fue un evento importante durante su visita. ¿Cuáles fueron los principales temas discutidos y las conclusiones alcanzadas en esta asamblea?
Uno de los hitos importantes en cada visita tiene que ver con la Asamblea de la Delegación. Es una oportunidad para mirar la realidad, animar a los hermanos y ver los caminos que vamos recorriendo. Destaco los siguientes puntos que pudimos profundizar:
La realidad vocacional de la Delegación es muy fructífera. Tenemos jóvenes en todas las etapas de formación: aspirantado, postulantado, noviciado y seminario. Esto nos exige ir evaluando los procesos y las distintas etapas; a raíz de esto hemos iniciado desde nuestro Plan Formativo una adecuada actualización poniendo la mirada en los siguientes puntos: criterios de ingreso y egresos, contenidos, duración de las etapas y casas de formación.
Junto con lo anterior es necesario elaborar un Plan Estratégico Carismático de nuestra Delegación que nos permita ordenar prioridades, evaluando con ello las posibilidades en lo relativo al personal consagrado y los recursos económicos. Necesitamos mirar la delegación a corto, mediano y largo plazo. ¿qué queremos de nuestra presencia?; ¿cuáles son los distintos pasos que daremos?; ¿Cuáles serán las distintas etapas?; ¿cuál será nuestra propuesta carismática en los próximos años? Estas y otras preguntas nos estamos formulando.
Finalmente, pero no menos importante, está lo relativo a la sustentación económica de nuestra presencia en Angola. Se ha solicitado trabajar en el fortalecimiento de una economía más centralizada. Cualquier plan estratégico que se pueda diseñar tiene que realizarse desde una mejor optimización de los recursos, definiendo las prioridades y posibilidades económicas.
Usted fue acompañado por Monseñor Alberto Lorenzelli, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santiago y Asistente de la Orden de la Merced en Chile. ¿Cómo describiría su colaboración y participación durante este viaje?
La visita de Mons. Alberto fue muy importante. En primer lugar para que conociera la Delegación. Desde su experiencia como religioso y como Provincial Salesiano en el pasado, nos dio luces para seguir trabajando en los temas anteriormente señalados.
A nivel personal, ¿cómo ha impactado esta experiencia en su propia fe y vocación como religioso y Superior Provincial de Chile?
Para nuestra Provincia mercedaria de Chile, nuestra presencia en África es una enorme bendición. Para mí ha sido un enorme regalo para mi vocación el poder conocer esta realidad en estos años. La Misión nos hace bien. Una vez se lo escuché a un hermano y lo compruebo en cada visita.
¿Hay algún mensaje o reflexión que le gustaría compartir con la Familia Mercedaria que peregrina en Chile y Angola?
Nuestra presencia mercedaria en África está viviendo un significativo momento histórico de crecimiento y desarrollo, la incorporación de nuevos consagrados nos ilusiona en seguir ampliando nuestra presencia carismática en otros lugares de Angola. Como saben, el año pasado se han adquirido terrenos en distintas ciudades, Lubango y Huambo, lo que nos ha permitido ir diseñando nuevos proyectos que están en sus etapas iniciales: Dios mediante, en los próximos años queremos abrir nuestro noviciado en la ciudad de Lubango.
La misión mercedaria en Angola nos llena de esperanza. Frente al trabajo cotidiano que realizan nuestros hermanos en cada una de nuestras presencias, quisiera una vez más animar a seguir creciendo en una rica y profunda vida comunitaria; los desafíos antes señalados sólo podremos enfrentarlos como comunidad. Los individualismos y personalismos no son buenos aliados para este tipo de misión y proyección apostólica.
Encomendamos todos nuestros proyectos a María de la Merced y a nuestro padre San Pedro Nolasco, ellos nos mostrarán los caminos que hemos de recorrer como Delegación Mercedaria de Angola.
Hagamos vida el saludo tan tradicional que se dice en Angola: ¡Estamos juntos…!
La reciente visita del Padre Mario a la Delegación Mercedaria de Angola no solo fortalece los lazos entre las comunidades de Chile y Angola, sino que también subraya el compromiso inquebrantable de los mercedarios en su misión evangelizadora y social. Las actividades desarrolladas, como la ordenación del hermano Jacinto y los planes para la nueva presencia en Lubango, son testimonio del crecimiento y la dedicación de la Delegación.
La misión en Angola es un recordatorio inspirador de que, con fe y colaboración, los desafíos pueden transformarse en oportunidades para servir y crecer. El Padre Mario regresa a Chile con la certeza de que la Delegación Mercedaria de Angola seguirá floreciendo, guiada por la devoción y el trabajo conjunto de sus miembros. Encomendamos todos estos proyectos y sueños a la intercesión de María de la Merced y San Pedro Nolasco, confiando en que iluminarán el camino hacia un futuro prometedor para la Familia Mercedaria.
Fuente: Secretaría Pastoral Provincia Mercedaria de Chile.
