La Fiesta del Santísimo Redentor: Una Reflexión sobre la Espiritualidad Mercedaria
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de Chile

La Fiesta del Santísimo Redentor: Una Reflexión sobre la Espiritualidad Mercedaria

Martes 09 de Julio, 2024

 
Cada 9 de julio, la Orden de la Merced celebra la Fiesta del Santísimo Redentor, una festividad que resalta la imitación y seguimiento de Cristo Redentor, epicentro del carisma mercedario.

“El Señor da a conocer su salvación” (Sal 97).

Cada 9 de julio, la Orden de la Merced celebra la Fiesta del Santísimo Redentor, una fecha que resalta su compromiso y conexión profunda con Cristo Redentor. Esta festividad, concedida a la Orden en 1731, es una oportunidad para reflexionar sobre la esencia del carisma mercedario, centrado en la imitación y seguimiento de Jesús, quien con su sacrificio liberó a la humanidad de la esclavitud del pecado.

“Los mercedarios tenemos como maestro y modelo a Cristo Redentor que con su muerte nos ha liberado de toda esclavitud y estamos dispuestos a seguirlo sacrificando hasta la propia vida en el ejercicio del ministerio redentor” (COM 6). Este voto de redención, tan característico de la espiritualidad mercedaria, se manifiesta de manera especial en la celebración del misterio eucarístico.

En 1272, los legisladores de la Orden, al estudiar la obra redentora de Jesucristo y la misión de Pedro Nolasco en la liberación de cristianos cautivos, identificaron similitudes notables entre ambas misiones. Estas similitudes, que aún hoy inspiran la labor mercedaria, destacan los siguientes aspectos:

  1. Ambas obras redentoras, la de Jesús y la de Pedro Nolasco, nacen de la “gran misericordia y piedad de la Trinidad Santa, Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

  2. Ambas misiones se enfocan en la liberación de cautivos: Jesús liberó “a todo el linaje humano que se hallaba como en cárcel, cautivo, en poder del diablo y del infierno”, mientras que Pedro Nolasco dedicó su vida a liberar “a los cristianos que están en cautividad, en poder de sarracenos y de otros enemigos de nuestra Ley”.

  3. Las dos misiones redentoras se perpetúan a través de instituciones visibles y estables: la Iglesia, fundada por Jesucristo, y la Orden de la Virgen María de la Merced, establecida por Pedro Nolasco.

  4. La obra de Jesús se realizó con la cooperación maternal de María Virgen, y la misión de Pedro Nolasco también se llevó a cabo gracias a la mediación eficaz de María, la Corredentora de la humanidad.

  5. El amor misericordioso impulsó a Jesús a “dar la vida por los amigos” (Jn 15, 13); de igual manera, la misión de Pedro Nolasco exige que “todos los frailes de la Orden, como hijos de verdadera obediencia, estén siempre alegremente dispuestos a dar sus vidas, como Jesucristo la dio por nosotros”.

Con esta profunda visión de Cristo Redentor, las Constituciones de 1272 requerían que los novicios prometieran “soportar, por amor de Jesucristo, todas las austeridades y pobrezas de la Orden, durante toda su vida” antes de hacer su profesión.

La Fiesta del Santísimo Redentor no es solo una celebración, sino una renovación del compromiso mercedario con la redención y la liberación. Es un recordatorio del ejemplo de Cristo y Pedro Nolasco, y una invitación a vivir la fe con entrega, dedicación y un profundo sentido de misión, siguiendo el camino del Redentor en cada aspecto de la vida. “Fueron redimidos por... la sangre de Cristo” (1Pe 1)

 

Fuente: “La Merced en la Liturgia (2023-34)"; “La Orden de Santa María de la Merced, Síntesis histórica”.



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