Durante una semana, más de 30 integrantes de la comunidad educativa del Colegio San Pedro Nolasco de Vitacura —incluyendo estudiantes, profesores, religiosos y apoderados— participaron en las Misiones de Verano 2024 en la localidad de Boyén, cercana a Chillán, en la Región de Ñuble. Con entusiasmo y entrega, llevaron consigo el mensaje de fraternidad y el cariño de todas las familias nolasquinas que hicieron posible esta actividad a través de sus donaciones y apoyo.
Las actividades comenzaron con trabajos de mantención y reparación en la Capilla Virgen María de la Merced, incluyendo pintura, limpieza y la instalación de un nuevo letrero. Además, los misioneros acompañaron a la comunidad local desde lo pastoral, visitando hogares, compartiendo momentos de oración y fortaleciendo lazos de fe. Este compromiso culminó en una emotiva ceremonia de entrega de la capilla, con la participación de vecinos del sector, quienes expresaron su gratitud por el esfuerzo y dedicación de los voluntarios.
Un momento destacado fue la celebración de la Santa Eucaristía en la comunidad de San Serapio Scott en Chillán, presidida por Fray Daniel Mendoza y concelebrada por Fray Eduardo Mella Droguett, párroco de la comunidad mercedaria de Chillán. Durante la misa, Fray Daniel agradeció el cariño y la acogida brindada por los fieles locales, quienes abrieron sus hogares y corazones a los misioneros.
En el marco de esta experiencia, también se entregaron regalos de Navidad donados durante el Mes de María, gesto que simbolizó el espíritu de solidaridad y esperanza que caracterizó estas misiones. Las comunidades locales, alegres y agradecidas, resaltaron el impacto positivo que los misioneros dejaron en la capilla y en sus vidas, fortaleciendo así el sentido de comunidad y crecimiento espiritual.
Estas Misiones de Verano no solo permitieron a los participantes servir y compartir su fe, sino también vivir una experiencia de transformación personal y comunitaria, testimoniando el carisma mercedario en cada acción y encuentro.
