El 16 de marzo de 1878, el canónigo Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno fundó la Congregación de las Hermanas Mercedarias de la Caridad, una comunidad religiosa dedicada a la práctica de la caridad y las obras de misericordia. Agregadas a la Orden de la Merced el 9 de junio de ese mismo año por decreto del vicario general fr. José María Rodríguez Bori, la congregación recibió el Decretum Laudis de León XIII el 25 de septiembre de 1900 y obtuvo su aprobación definitiva el 24 de abril de 1901.
Inspiradas en su carisma redentor, las Mercedarias de la Caridad han consagrado su misión al servicio de los más necesitados. Sus Constituciones, en el número 3, lo expresan con claridad: "Curar todas las llagas, remediar todos los males, calmar todos los pesares, desterrar todas las necesidades, enjugar todas las lágrimas, no dejar, si posible fuera, en todo el mundo, un solo ser abandonado, afligido, desamparado, sin educación religiosa y sin recursos".
Bajo el lema del beato Juan Nepomuceno Zegrí, “Todo por el bien de la humanidad, con Dios y por Dios”, la congregación ha extendido su labor a hospitales, hospicios y escuelas en España, Italia, Francia, América Latina y África. Con casi 150 casas y cerca de mil religiosas, continúan su misión redentora, siguiendo el ejemplo de María de las Mercedes y comprometiéndose con la liberación integral del ser humano.
En el número 5 de las Constituciones se indica: El carisma de la Congregación es un servicio omnímodo de caridad, en orden a la plena liberación de los hombres. Debemos destacar como elementos constitutivos: la caridad vivida como diaconía o servicio; la consagración a Cristo para asociarnos a su obra redentora y la devoción a María, socia del Redentor, bajo el título de las Mercedes.
Que por intercesión de nuestra Madre de la Merced la obra redentora siga extendiendo la libertad de los hijos e hijas de Dios en el mundo.
Fuente: Secretaría Pastoral Provincia Mercedaria de Chile