Durante esta semana visitó Chile fray Edalan Guedes de Andrade, Maestro de Novicios de la Provincia Mercedaria de Brasil y Consejero en el gobierno provincial quien trabaja además en la Animación de la Vida religiosa. El objetivo de la visita fue reunirse y conocer a los dos jóvenes mercedarios chilenos que iniciarán en los próximos días su Noviciado en el país carioca.
La decisión de realizar por primera vez el Noviciado en otro país se tomó luego de un largo proceso de consultas, discernimiento y oración por parte del gobierno provincial de Chile, encabezado por fray Ricardo Morales.
Es así como en los próximos días -26 de diciembre-iniciarán su noviciado en Brasil los hermanos Oscar Salas Retamal y Héctor Sandoval Durán, quienes realizaron durante estos tres y dos años respectivamente, su proceso en el postulantado en el Convento Santa María de Cervellón en Valparaíso.
El hermano Oscar y Héctor vivirán este tiempo del Noviciado juntoa 4 jóvenes brasileños y un argentino.
Conversamos con fray Edalan Guedes de Andrade para profundizar en torno a este tiempo del noviciado y lo que significa para la Provincia Mercedaria de Brasil acoger a los dos jóvenes chilenos:
¿Dónde se encuentra el Noviciado de los mercedarios en Brasil?
El noviciado brasileño está desde hace muchos años en Salvador de Bahía . Allí tenemos una parroquia y la Casa del Noviciado done tenemos una comunidad formadora que acompaña a los jóvenes formando (novicios) brasileños y desde hace muchos años novicios de la hermana provincia de Argentina.
Somos cuatro hermanos sacerdotes: el párroco el P. Rogério y el p. Urbano Alonso -es un padre mayor de nuestra provincia- y el padre Elisio que son vicarios parroquiales, y yo que coordino el servicio de la comunidad como comendador de la casa.
¿En qué consiste este tiempo del noviciado?
Es el tiempo más importante en la vida de un consagrado, es decir, el tiempo donde conociendo a Jesús y conociendo la vida mercedaria uno elige vivir en el seguimiento de Jesús al estilo mercedario. El tiempo del noviciado es un tiempo necesario a todas la Congregaciones y Ordenes religiosas, es un tiempo jurídico, un año, pero también más que eso un tiempo existencial en el cual el novicio va conociendo los rasgos de la vida consagrada, en que consiste los votos religiosos que harán al final del proceso del noviciado, en que consiste la especificidad del estilo propio de vida, en nuestro caso del ser mercedario en el seguimiento de Jesús.
También en este tiempo se busca dar espacio para conocer los desafíos que en este momento tenemos que afrontar como mercedario. Porque hace 40 años era distinto hacer el noviciado y ser mercedario, hace 20 años también era diferente, así que hoy tenemos que afrontar los desafíos con los jóvenes que vienen y con la propuesta de nuestros valores.
Es el año de apasionamiento en que uno hace una profunda experiencia de Dios, un año en que el joven es invitado, luego de hacer un proceso de integración humana en el postulantado, construir una personalidad espiritual para después testimoniar como mercedario su seguimiento, su adhesión a Jesucristo, el Señor Redentor.
El Noviciado es un tiempo de encuentro personal con Dios y con su entorno
La primera cosa es iniciar un tiempo de silenciar, todos los jóvenes que recibimos vienen con el mundo de la filosofía, con experiencias pastorales, convivencias múltiples. La primera cosa es iniciarlos en el ritmo del silencio, porque el silencio el importante para discernir la vida. En el año del noviciado, que es un año exigente porque es tiempo de confrontarse a uno mismo, con su corazón, con sus demandas, con sus límites y con sus sueños. Los antiguos decían que el año del noviciado es un año en que uno sufre, pero no es un sufrimiento vacío y sin sentido sino que un sufrimiento Redentor que me hace separar lo que tengo que romper y dejar atrás, para empezar una nueva vida.
Haciendo este proceso interno dentro del convento, ellos también tienen algunas actividades pastorales para que la gente pueda acompañar, la gente ve el proceso de los chicos y ven el crecimiento de ellos. Hay laicos que nos ayudan muchísimo, los novicios tendrán la oportunidad de visitar la cárcel todas las semanas; visitar los domingos en la mañana las pastorales –catequesis, grupos juvenil- en una comunidad sencilla en una favela donde tenemos una comunidad “San Pedro Nolasco”. Los domingos en la tarde van en una visita a un asilo de ancianos para conversar, para oír a los ancianos que muchas veces están ahí dejados por sus familiares. Eso puede ayudar a ir integrando lo que van descubriendo espiritualmente en sus estudios, en el coloquio personal conmigo, también sus descubrimientos personales, como Dios los está llevando por el camino de la vocación.
¿Qué significa para la Provincia Mercedaria de Brasil acoger a estos dos jóvenes chilenos
Estamos muy contentos, porque desde hace algunos años las tres provincias de América están haciendo un camino de reflexión, de compartir desafíos, sueños. Ya es una realidad los encuentros de formadores, de gobierno, de formandos, además de ser una gran alegría ayudar a una provincia hermana. Es un momento para enriquecernos porque si bien estamos más prójimos geográficamente, tenemos rasgos distintos, por ejemplo eclesialmente será una experiencia riquísima a los chilenos porque es otro modo de vivir la iglesia en Brasil, es una iglesia relativamente joven y por ser un país de medidas continentales también dentro de Brasil tenemos diferencias muy grandes. Además de la alegría, será un momento para conocernos porque creo que la vida religiosa de hoy en adelante será así, de juntos darnos las manos y ayudarnos. Claro que es un desafío porque es al primera vez. Pero el gobierno de la Provincia Mercedaria de chile hizo un discernimiento para la ida de los jóvenes, no fue una decisión tomada de la semana pasada, fue una decisión madurada, rezada compartida por el gobierno provincial de Chile.
¿Cómo vio a Oscar y Héctor?
Creo que los chicos están alegres y contentos. Están en un buen proceso, bien acompañados por el padre Anselmo Espinoza. Son dos y tres años caminando en este estilo de vida, en este modo de vida conventual. Están ansiosos por conocer el lugar, la comida, los horarios son muy distintos allá la vida se empieza muy temprano, pero yo creo que estos temas más culturales no van a afectar el andamiaje de la vida. Si tienen una disposición interior, que creo que tienen, si tiene abertura y querer entonces es posible hacer un camino.
Conversamos con Héctor Sandoval Duran y con Oscar Salas Retamal a días de viajar a sus hogares a pasar unos días y despedirse. Esto nos contaron
¿Qué significa este paso luego de dos años de postulantado en Valparaíso?
Héctor: Esta es una etapa de discernimiento que te permite primero ver tu vocación, cual es el llamado que te hace Dios y luego uno está dando un paso más grande al solicitar el noviciado. Para nosotros es completamente distinto ya que es algo nuevo, tengo entendido que somos los primeros novicios de Chile que vamos a otro país a realizar esta experiencia . Estamos motivados, estamos contentos, un poco ansiosos.
Oscar: Bueno, yo he estado tres años en el postulantico (el primer año solo y luego con Héctor). Ha sido una buena experiencia ya que me ha permitido conocer más a fondo a la comunidad, la experiencia de vivir en un convento, madurar como persona y avanzar en procesos personales de formación. Fue muy enriquecedor.
Este tiempo del postulantado marca una etapa en la cual uno se encuentra más maduro para enfrentar esta realidad del noviciado. Ayuda mucho tener la madurez, de oración, de reflexión en que uno confía en Dios al dar este paso de iniciar el noviciado.
¿Cómo te ha acompañado sus comunidades en este tiempo de postulantado?
Héctor: Yo sé que mucha gente en Chillán ha estado orando por nosotros, desde cuando me vine. En la parroquia hay un grupo de señoras que siempre están pidiendo por las vocaciones. Bueno, mi familia me ha apoyado desde un principio, ahora tenemos unos días para despedirnos de ellos. Yo creo que están contentos porque saben que estoy contento en este camino que estoy siguiendo.
Oscar: La comunidad de Chimbarongo uno le pide que rece por las vocaciones. Bueno, en mi caso mi familia me acompaña, mi padre fue catequistas y mi madre aún lo es lo que hace que vivan de manera especial este hecho de que uno de sus hijos siga esta vocación. Además yo le pido a mis amigos, que no son muy cercanos a la iglesia, que recen por nosotros.
¿Qué le pedirían a la comunidad mercedaria de Chile?
Oscar: A la comunidad le pido oración ya que la vocación se mueve en tres ámbitos: Dios que es quien llama; los laicos, que piden y oran por las vocaciones y en tercer lugar el joven que escucha y siente el llamado de Dios. Teniendo presente eso sólo pido oración
Héctor: Primero que sigan rezando por las vocaciones. Estamos necesitando vocaciones no sólo en la Orden sino que en toda la Iglesia. Segundo, que sigan orando por los postulantes que siguen acá, por Javier y Yostin y por los hermanos seminaristas, la oración es la fuerza que nos mueve. Tercero que oren por nosotros, por el hermano argentino y brasileños que estaremos en el noviciado.