Dos “subidas” o “ascensiones” son mencionadas en el evangelio de este domingo quinto de cuaresma. La primera se refiere a unos griegos que se cuentan entre los que habían subido a Jerusalén con ocasión de la fiesta y ellos quieren ver a Jesús. No lo hacen directamente sino a través de Felipe y Andrés que se dirigen a Jesús y se lo hacen saber. La segunda “ascensión o subida” se refiere a Jesús y el tema de fondo del evangelio de hoy. Jesús “sube” a la cruz y al mismo tiempo es glorificado junto al Padre. Jesús es el grano de trigo que cae en la tierra y para convertirse en una planta que de espigas es necesario que pase por la muerte. Esa es la “hora de Jesús”, su glorificación misteriosamente unida a la cruz. Hoy la Palabra de Dios nos introduce de lleno en el movimiento descendente y ascendente de Jesús, su pasión y muerte y su victoria y resurrección. Es la esencia de la fe cristiana, el Misterio Pascual.