En una conmovedora eucaristía se celebró la pascua de nuestro hermano Fray Héctor Guerrero Peña. La familia mercedaria, familiares y amigos participaron de la misa de exequias en la parroquia Nuestra Señora de la Merced de El Salto, en la comuna de Recoleta, la mañana de este lunes 4 de abril.
Frailes de las diferentes comunidades se hicieron presentes para acompañar a su hermano, junto a integrantes de las Fraternidades Laicales Mercedarias, instancia que el padre Héctor propició, asesoró y fortaleció a lo largo de su vida.
El Superior Provincial, Fray Ricardo Morales Galindo, presidió la eucaristía, que fue concelebrada por Fray Eduardo Mella y Fray Mario Salas.
En su homilía el padre Ricardo reseñó algunas de las características que marcaron la vida del padre Héctor, “de las que todos somos testigos”: “El padre Héctor fue un hombre justo que recibió el llamado del Señor, dio testimonio de ser un hombre de Dios, con una disponibilidad total para servir a sus hermanos, por un testimonio intachable en tanto a su experiencia religioso y sacerdotal. Como testimonio del Señor, como hombre justo y como hombre bueno, atrajo a muchos a seguir al Señor”.
Prosiguió el Superior Provincial resaltando el incansable trabajo con los laicos mercedarios, “en cada uno de los lugares en los que el Señor quiso que estuviera desempeñando su ministerio sacerdotal se empeñó en formar fraternidades, en formar grupos de laicos que pudieran seguir al Señor en su vida, que fuesen fermento en la maza, que pudieran comunicar la Buena Noticia. Muchos de los presentes podrán dar testimonio de esto. Como el padre Héctor los convocó a forma comunidad, a ser parte de esta iglesia, de la que él se sentía hijo muy querido y fiel. Y eso sin duda, permite decir al finalizar la misión: “Señor, misión cumplida. Aquí estoy frente a ti y te muestro estos frutos, que son frutos de santidad, frutos de justicia, de bondad”.
Fray Ricardo señaló, “Hoy decimos Gracias Señor por habernos regalado a este hermano, a este Sacerdote, que trato de ser fiel en aquello que le encomendaste, que trato de vivir con radicalidad aquella vocación que le regalaste, sin duda con deficiencias, con dificultades, pero con el convencimiento más claro que el Señor lo había llamado y a que el Señor tendría que darle cuenta de su misión. Gracias Señor”.
Al finalizar la ceremonia familiares y laicos hablaron de manera muy sentida y agradecida del padre Héctor, resaltando su cercanía y acompañamiento, especialmente de su incansable e importante labor con las Fraternidades Laicales Mercedarias.
En procesión, orando y cantando, se dirigieron al Cementerio Católico donde desde ahora descansan sus restos en el mausoleo de la comunidad mercedaria de Chile.