Con profunda alegría la comunidad mercedaria de la Basílica de La Merced honró con una eucaristía a nuestra Madre en el día de Nuestra Señora de la Merced.
La comunidad celebró la eucaristía de la tarde, que presidió el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Jorge Concha Cayuqueo y concelebró el Superior Provincial, fray Ricardo Morales Galindo, el Vicario Episcopal de la zona centro, Padre Marek Burzawa y el párroco de la Basílica, fray Mario Salas, para dar gracias a Dios por las bendiciones y el amor maternal de la Virgen de la Merced, por la compañía y evangelización que la Orden de la Merced realiza en Chile desde el descubrimiento de nuestra patria. Acompañaron a la comunidad mercedaria en esta celebración sacerdotes diocesanos y de diferentes congregaciones.
En su homilía monseñor Concha, compartió la convicción “que la Madre de Dios nos acoge, cobija, nos acompaña, está con nosotros, no solo toda vez cuando celebramos a su hijo, especialmente en la eucaristía, sino que también cuando nos reunimos en su nombre y toda vez que vamos por los caminos de la vida”. Recalcó que la celebración de la Virgen de la Merced o de la misericordia nos motiva a permanecer en el amor de Dios, maravillarnos de él como hijos agradecidos y a ser signos de ese amor en medio de la sociedad.
Al finalizar la celebración se repartió un altar de Nuestra Madre de La Merced, para que siga bendiciendo nuestros hogares y lugares de trabajo.